jueves, 10 de noviembre de 2011

A lo mejor ya no pasas por aquí

Si estás de pie, siéntate. Si estás fumando, apaga el cigarrillo, o dale un respiro en un cenicero. Si estás con gente, vete; si estás cansado, toma café.
Si tienes los dedos fríos, calienta, porque los necesitas rápidos, al ritmo de tus pensamientos. Los ojos también los vas a necesitar al 150%, porque tu tarde se va a pasar entre libros y pantallas, acumulando información que pronto pasará a ser tuya, a no haber sido nunca de otra forma, a ser parte de cómo eres.

Te vendría bien para ambientarte un bar no muy luminoso, con poco ruido, varios libros y música tirando a Russian Red de fondo, café en una taza y ya no humo porque no está permitido, pero el efecto óptico sería inmejorable. 
Frunce el ceño, estás concentrado. La boca cerrada, los ojos entrecerrados, enfoca tu objetivo y no lo sueltes, dale mil vueltas, estruja tus ideas. Necesitas tu ingenio: no móviles, no redes sociales, no ganas de hablar.
Estás tú, están tus textos, está tu información: está tu vocación.

Escribe sobre lo que quieras, sobre lo que veas, sobre lo que sientas. Da igual qué te digan, da igual si son mejores, da igual si te sientes depresivo, si te sientes cursi, si te sientes solo. Sólo importa que aligeres los dedos, importa que tu mente vaya cada vez más lejos, importa que las ventanas se vayan abriendo porque el calor y el olor a cerrado asfixiaban a los que pasaban por aquí.
Da igual hacerlo mal, ahora va de buscar colores nuevos que ya irán combinando, a buscar palabras para que entre ellas también se busquen. 
Empecemos a decir cosas antes de pensarlas, porque de corrido de repente las metáforas saben mejor y se ve la música por entre las líneas. A lo mejor no eres como el resto, a lo mejor lo distinto no gusta porque da miedo, a lo mejor te toca sentirte incomprendido, a lo mejor ser uno mismo te cuesta más que ser otra persona, a lo mejor para defenderte tienes que dar un tiempo la espalda al mundo.

Pero hay que creer en el karma, hay que hacer que crea en nosotros, hay que pensar que, si eres bueno, te irá bien y, si eres malo, posiblemente te vaya mejor, pero de otras formas que a lo mejor son menos de verdad. 
A lo mejor cuando tú no mires tanto te miran más a ti, a lo mejor cuando dejes de querer ser querido te quieren, a lo mejor sólo tienes que relajarte para que las cosas salgan bien.

Y un buen ejercicio de relajación son los dedos encima del teclado y los complejos al otro lado de la puerta. Gustarás, serás criticado, envidiado, se burlarán, te amarán. Pero preocúpate por gustarte tú, amarte tú, y casi que envidiarte, criticarte y burlarte de ti mismo, también.

No necesitas ser el mejor para hacerlo bien, pero sí hacerlo bien para ser el mejor, sólo hay que subir los escalones de uno en uno y sabiendo que el camino es largo. Date los ánimos que necesites pero no pares, no te autocompadezcas, no te sientas solo cuando tienes brazos que te sujetan al caer.


No hay comentarios:

Publicar un comentario