domingo, 20 de agosto de 2017

"Estás publicando como Rocío"

Han pasado cinco años desde la última entrada que prometía ser la primera de muchas, y aquí estoy. Los mismos problemas de antes, el mismo bloqueo que tras tanto tiempo ya no es inpass sino rutina derivada en nada.

Cinco años.

Me sigue persiguiendo un juez que detrás de todas las caras tiene la mía, que esconde bajo el miedo al rechazo ajeno la incomprensión propia y otras tantas cosas que hace ya casi un año pago para entender. Me leo ahora y lloro, porque entiendo que a mis miedos de hace años sólo les ha cambiado el pelo, los ojos se le han vuelto un poco ojerosos y los pulmones están más llenos de humo que antes. Y aun así, han tenido que pasar cinco años para volver al punto en el que me leo y no tanto me gusto como me quiero, con esa forma de amor cariñosa con la que se miran fotos antiguas. Sonrisa con ceño fruncido. Sonrisa mientras se niega con la cabeza.

"Madre mía, Roci, no hemos cambiado nada".

Si antes no sabía por qué ya no podía escribir ahora sí lo sé. Y cuando digo ahora es ahora, en este instante, cuando por primera vez en auténticos años llevo la mente a un plano material y decido inmortalizar todo esto. Es por cobardía. Tal vez antes no lo fuera pero ahora sí lo es. Por no ser suficiente, por leerme y sentir que plasmo más de lo mismo, día tras día. El asunto es que yo, día tras día, soy más de lo mismo, pero tal vez eso no sea malo y la única forma de abrazar lo que pienso y convertirlo en algo más sea entender que soy los días que paso en mi piel, todos ellos. Que me expreso con muchos puntos y con muchas frases que significan todo en este momento y no significan nada después. A saber.

Por primera vez leo mis textos y en todos ellos busco la inspiración y ahora inspiran ellos. Intento meter con calzador en algún lugar de mi mente la idea de que todas mis metas eran un fin, todos los textos de prácticas eran el objetivo y tonta de mí me he pasado cinco años callada por no decir algo más interesante que el silencio. A lo mejor cualquier cosa es más interesante que este silencio, que pesa, que se ha quedado en mi regazo para siempre y no me veo capaz de sacar de aquí. A lo mejor es que lo que me acompaña todos los días es esto y apartarlo me deja completamente sola.

Siempre con miedo a ser torpe y ahora leo mis torpezas como intentos tan valientes. Esto mismo lo es, por eso me importa - un poco menos - que todo esto que estoy escribiendo sea una jodida mierda.

Todo es una jodida mierda. Nada es una jodida mierda.

No voy a prometerme volver aquí para leer esto dentro de cinco años. Pero tengo que prometerme regresar a leerme más veces.

Toda la vida buscando la inspiración ahí fuera cuando tengo años de adolescencia aquí dentro.






No hay comentarios:

Publicar un comentario